jueves, abril 25, 2024

Director Pablo Gerosa

Luis Barrionuevo: “La clave es convencer al equipo de que no tiene límites”

Luis Barrionuevo habló con SOLO HOCKEY en una charla muy interesante. Sus vivencias con el seleccionado nacional, su experiencia con Nalbandian y el hockey actual.

– ¿Qué balance hacés hoy mirando hacia atrás sobre tus años en el seleccionado nacional?

-Me da satisfacción pensar en mis años en el seleccionado. Más allá de los resultados que son importantes, se debe dejar al deporte una línea de trabajo. Para eso está el seleccionado, no sólo para los resultados. La tarea es marcar al deporte una línea de crecimiento, estableciendo lo que sirve, lo que hace crecer. En el caso de las chicas, lo fue el horario de entrenamiento o el ingreso de las mujeres al gimnasio a entrenar la fuerza. En eso estoy cien por ciento satisfecho.

– ¿Cómo surgió el cambio de horario o el comienzo del entrenamiento en el gimnasio?

-Al mes de comenzar mi proceso con el seleccionado femenino, le dije a Cacho que cambiáramos el horario de entrenamiento a la mañana. Ellas venían cansadas del trabajo o del estudio, y no tenían la energía para entregar al cien por cien. Y pasamos de entrenar a las siete de la tarde a las ocho de la mañana y fue una crisis, imagínate, por ejemplo, que las chicas de Lomas tenían que levantarse a las seis para llegar al CeNARD. Pero fue muy fructífero, lo entendieron y adaptaron. Pasaron más de veinte años y hoy la primera actividad del día de las jugadoras de alto rendimiento es el entrenamiento. Y en el caso del gimnasio, hasta hubo quejas por haber cambiado talles de pantalones porque las chicas crecieron muscularmente. Pero en el deporte de alto rendimiento hay que resignar ciertas cosas. Hoy en 2020 no hay equipo de club que no se meta en el gimnasio. Y eso lo iniciaron Las Leonas en 1997, eso es el verdadero valor o el logro del seleccionado.

-Siempre hacés hincapié en la importancia del entrenamiento mental más allá del físico…

-Es crucial no sólo el entrenamiento físico, sino el mental para que en una final estés al cien por cien, para que nada te achique ante el rival. La clave es convencer al equipo de que no tienen límites, que los límites se los pone uno. Por ejemplo, las chicas entrenaban en una pileta con una profesora que era un sargento, que las hacia vivir situaciones críticas en el agua. Las chicas desesperadas de cansancio, metidas en la pileta con la ropa y llevando una silla por encima de la cabeza. Eso se necesitaba, esa preparación mental, firmeza de la cabeza.

– ¿Cómo fue tu llegada al hockey siendo tu origen en el atletismo?

-La bisagra de mi vocación fue en los años 80’. Se me presentó la oportunidad de entrenar rugby, me inicié con temor…pero estuve once años y estuve con los pumas sin haber jugado al rugby nunca. Soy buen observador, le pongo pasión y eso lo apliqué cuando Luis Ciancia me ofreció el seleccionado de hockey. Tuve tres Juegos Olímpicos con varones y tres con las chicas. Muchas veces hay un prejuicio de que si no hiciese el deporte no te podés destacar.

-También entrenaste a Nalbandian…

-Fue un gran desafío. Empezamos con él como número siete del mundo y terminé mi etapa con él cuando había llegado a ser número tres del mundo. El del tenis es un mundo muy particular, me chocó mucho. Con David empecé en 2005. En los dos años de trabajo, tuve un desgaste personal mayor a los años con las chicas, es muy particular el mundo del tenis. Viví experiencias únicas y extraordinarias, pero entrenar a un tenista súper profesional es muy difícil. Se viven las 24hs. con el deportista.

– ¿Qué significó para vos haber estado al lado de una jugadora como Luciana Aymar?

-Es un capítulo aparte en mi vida, a Luciana la conocí a los 17 años y la entrené hasta los 34. Hay dos clases de gente que practica: los talentosos y los deportistas, los talentosos son los que transcienden y escriben la historia de su deporte. Luciana no sólo la escribió, siendo la mejor del mundo ocho veces, sino que es grande porque hizo grande al equipo. Los jugadores son grandes cuando hacen grande al equipo. Ella tenía la sensibilidad de darle lugar a las compañeras, de hacerlas sentir protagonistas, no hacerse figura del equipo. Y a la vez, ellos son los que te hacen grande a vos como entrenador o preparador.

– ¿Cómo hacés para armar tus rutinas, entrenamientos y planes de preparación?

Soy buen observador y soy creativo. Siempre consideré respectar la idiosincrasia de las jugadoras, algo que entre otras cosas exige no entrar en la rutina del aburrimiento, de la repetición, de la monotonía que no te permite crecer. Eso siempre lo tuve en cuenta, haciendo entrenamientos creativos.

– ¿Qué diferencias se presentan a la hora de trabajar con mujeres y varones?

La diferencia es de formas, no de contenido. Con las chicas, “en el cómo decir” tenés que tener mucho tacto, ser sutil, inteligente de ver cómo le mandás el mensaje a las chicas. Tal vez por tener tres hijas mujeres, siempre supe cómo mandar el mensaje.

– ¿Cómo analizás el progreso de la tecnología al servicio del deporte?

-Voy a contar una anécdota. Al regreso de Sídney 2000, analizaba la diferencia de las chicas con Australia, quería igualar al rival, pensaba ejercicios. Y un día estaba en casa haciendo zapping y me di cuenta que necesitaba un auto a control remoto para que las chicas persiguieran, corrieran, frenaran, a un lado y al otro. No paré hasta que no me compraron el auto a control remoto y lo llevamos a la cancha. Y con eso mejoraron la reactividad. No había otras tecnologías en ese entonces y el autito en ese momento me permitió suplir la faltante de tecnología que hoy sí está presente. Pero no hay que supeditar las decisiones a lo que la tecnología dice, sino se pierden cosas decisivas del entrenador, como intuición, creatividad, lectura rápida de las cosas. No hay que depender exclusivamente de la tecnología.

– ¿Qué opinión te merece la salida de Germán Orozco del seleccionado masculino?

-Fue una desvinculación desprolija porque faltando nueve meses para un Juego Olímpico es traumático cambiar al entrenador, quiero pensar que cuando nombran a un entrenador se tiene en cuenta el respeto de un ciclo. Esto se lo hice saber a Germán. Lo que pasa hoy en el hockey es de alta sensibilidad. Si nombran a Retegui como head coach es una decisión acertada porque tenemos al mejor del mundo. Pero la realidad es que, si Retegui acepta, no puede hacer ambas funciones, algo que ya pasó y se sufrió en Las Leonas.

– ¿Extrañás el hockey?

El seleccionado me hizo crecer a mi como persona, porque yo estuve muchos años como atleta estando solo, sin compartir. Me dieron situaciones grupales que no conocía. Hay que entender que hay ciclos para todo, pero sí extraño el trabajo del día a día, el camino al campeonato. Ver a las chicas llegar al CeNARD cada mañana con todo preparado por mí horas antes. Pero hay que buscarse nuevos desafíos, como esta charla y otras, donde puedo trasmitir cosas.