domingo, abril 28, 2024

Director Pablo Gerosa

Lucía Marelli: “Me subí a un barco que va en conjunto hacia adelante”

Jugadora del Club San Luis y del Seleccionado chileno, Lucía se sumó a nuestras entrevistas en cuarentena y habló de todo: la decisión de cambiarse de club, cómo es el vínculo con sus padres, la experiencia de jugar para Chile y los proyectos.

-Habían hecho una gran gira con San Luis y las sorprendió la cuarentena…

-Estábamos muy preparados, hicimos una gira increíble en Caviahue, pero un día antes de comenzar el torneo se canceló todo. No sé si algún club hizo algo parecido a nosotras, fue físicamente durísima entrenando en la montaña. Pero además como grupo fue lo que mejor nos hizo, nos fortaleció muchísimo, tuvimos que superar límites y eso te da confianza en todas. Estábamos con la mente en mantener la categoría, pero también queríamos el nuevo ascenso.

– ¿En lo personal te sirvió este parate obligado?

-Sí, no me afectó de manera negativa, la llevo bien. Me dejó trabajar mucho lo que me faltaba como jugadora, me faltaba mucha cabeza, y me dio el tiempo para trabajar lo psicológico. Desde lo físico también me sirvió para sumar masa muscular.

– ¿Sentís presión por ser “la hija de”? (N. de R: Lucia es hija de Jorge Marelli y Claudia Cantu)

-No siento presión por ser la hija de ellos. En Chile soy yo, en eso no me pesa. Y en el club, estoy súper acostumbrada a ser la hija de ellos, desde chica ellos están conmigo. Mis padres me acompañan en todo, salgo a correr y vienen los dos en bici atrás, hago pesas y ellos acompañan, me hacen sentir motivada, están desde donde sea. Mi mamá me ayudó mucho en lo mental, me aportan sus conocimientos en el tema.

– ¿Y ser dirigida por tu papá?

-En la cancha es Jorge. Si nos tenemos que agarrar lo hacemos, me corrige cosas del partido, pero salimos de la cancha y es mi papá.

– ¿Cómo fue tu salida de Santa Bárbara?

-En Santa Bárbara venía tambaleando, no estaba de acuerdo con algunas cosas referidas a los valores que son fundamentales para mí, sentía que no estaban representados o yo no estaba en el lugar correcto. Y me sentaron mis padres con su proyecto en San Luis y opté por sumarme, por subirme a un barco que va hacia adelante en conjunto. Estoy feliz, fue difícil tomar la decisión, era pasar de jugar en la A a la D, pero el club me recibió de la mejor manera, me sentí cómoda. Hoy estamos en un sueño.

– ¿Qué cosas sentís especiales en San Luis?

-Me gustan muchas cosas de san Luis, pero lo que más rescato el sentimiento de familia que tenemos.

-Además tenés dos categorías a tu cargo…

-Hay sesenta nenas atrás mío, de séptima y octava categoría. Quiero que sean jugadoras de primera, es una responsabilidad.

– ¿Cómo se dio tu llegada al Seleccionado de Chile?

En un torneo argentino hablando Cacho Vigil con mi papá, salió el tema de que mi mamá es chilena, y ahí surgió la posibilidad de ir. Se averiguó el tema de los papeles y no lo dudé. Quería sumar experiencia internacional y de alto rendimiento. Sabía que en el país estaba muy fuera del proceso de seleccionado, entonces no me negué a sumarme. Hoy estoy más estable en el equipo, me llevo bien con todas, estoy más integrada al grupo. Me tienen como la hija mimada de todos.

– ¿Se hace difícil jugar acá y allá?

– En el año se hace difícil, la primera mitad del año pasado casi ni estuve acá, voy cada dos o tres semanas para Chile. Pero te acostumbras a viajar y estar mucho en el avión.

-Goles que te hayan marcado…

-Dos goles del año pasado que me marcaron mucho: el 1 a 0 a San Patricio que había que ganarlo si o si, a los cinco minutos del inicio. Y después a Martin Güemes que íbamos perdiendo y se la piqué al arquero. No sé por qué se me cruzó por la cabeza hacer eso (risas).

– ¿Lucia es una jugadora cabulera?

-Sí, tengo cábalas, uso la misma colita de pelo, me ato los cordones de los botines en el mismo momento siempre, desayuno los sábados siempre lo mismo…En los goles no, no tengo rutinas, siempre invento algo nuevo en los festejos.

– ¿Sueños pendientes con el club y desafíos personales como jugadora?

-La cancha de agua es un sueño que tenemos, ojalá se cumpla porque nos haría crecer un montón y ahí sí que no nos paran más. Y me falta como jugadora el tema del físico para aguantar más el ir y volver y la explosión, y controlar más el tema de las tarjetas.