Es el actual entrenador del Club San Martín de Tucumán y en las próximas semanas viajará al Real Club de Polo de Barcelona a dirigir juveniles. Su trabajo en el seleccionado tucumano y las ganas de seguir creciendo. “Siempre quiero un poco más, no me voy a quedar con cosas pendientes”, se sinceró.
– ¿Cómo se está dando la situación en la provincia de Tucumán en este contexto de pandemia?
-Nosotros empezamos a entrenar hace un mes y dos semanas aproximadamente, empezamos trabajando más lo físico y luego lo técnico, con diferentes protocolos. La realidad es que hoy no hay previsión a futuro de cómo se seguirá, la idea es empezar a jugar en agosto, pero todo dependiendo que digan desde la provincia.
– ¿Te llegó una propuesta desde Barcelona para viajar?
-Sí, salió una propuesta del Polo de Barcelona para ir a dirigir juveniles y ayudar en los planteles superiores. Estoy muy contento porque acá en Tucumán es más difícil llegar desde el interior al seleccionado nacional, entonces ir a capacitarme afuera, trabajar y además hacer un posgrado en alto rendimiento de deportes en equipo es seguir creciendo. Es dar un paso más, acá en Tucumán he logrado muchas cosas, pero quiero cambiar la cabeza, sumar nuevas mentalidades a mi forma de trabajo.
– ¿Cómo lo tomaron en tu club actual con quienes tenías un año de trabajo por delante?
-Lo tomaron muy bien, en este contexto de incertidumbre por la pandemia me dijeron que era lo mejor que podía hacer, las chicas también me apoyaron en esta decisión. Acá no hay pronósticos de cómo sigue la actividad del hockey. Uno se compromete a principio de año, pero bueno, se dieron cambios y me llegó la propuesta.
-Vas a compartir Club con tu hermana Sofía…
– Sí, eso me entusiasma también. Sofía está allá en el Polo de Barcelona, con ella tenemos mucho en común, compartimos muchas cosas. Sin dudas me ha ayudado mucho, le di mi CV para que me diera una mano allá, me recomendara.
– ¿Volverías a dirigirla?
-Me encantaría volver a dirigir a Sofía, por suerte sabemos manejar muy bien esa relación de hermanos dentro de la cancha, sabemos los roles de cada uno. Podemos ser objetivos y justos uno con el otro, eso está bueno. Además, disfruto de entrenar a mi hermana porque es una gran jugadora.
-Lograste mucho con el seleccionado tucumano, ¿Sentís que llegaste al objetivo en este sentido?
–Todo lo logrado fue algo histórico y de muchísima alegría, tuvimos jugadoras y cuerpo técnico que siempre iban hacia adelante, con mucha dedicación. No hay comparación en méritos deportivos, es un sueño cumplido. Pero si considero que cada vez está más difícil seguir escalando acá en Tucumán, ya quedan pocos espacios por cubrir.
– ¿Qué entrenadores fueron y son referentes a la hora de formarte?
– ¡Robé a todo el mundo! (risas) Ya todo está inventado, vamos adaptando las cosas. Tuve la suerte de empezar con José Contreras, Fredy Ortega, Willy Fonseca, ya en Buenos Aires en entrenamientos de Agustín Corradini, de Germán Orozco, de Chiche Mendoza, de Cacho Vigil, Santiago Capurro. He compartido con muchos entrenadores y uno le va sumando lo propio a esos aprendizajes, según lo que uno le puede agregar. Se pueden tomar cosas de otros deportes también, como del básquet, fútbol, rugby. Todo suma al bagaje y al conocimiento.
– ¿Qué objetivos tenés por cumplir?
– No he llegado a mi techo, la idea es seguir sumando para llegar al seleccionado nacional algún día. Yo siempre quiero un poco más, no me voy a quedar con cosas pendientes, me encantaría poder dirigir un seleccionado nacional, formar parte de algún cuerpo técnico aprendiendo de los más grandes. Además, me encanta el tema de la capacitación, de estar frente a un grupo y enseñar, es otra cosa pendiente, de ser docente universitario. También, migrar a Buenos Aires para dirigir algún club y escalar ahí.